El Gasman es un detector de un solo gas, robusto y compacto, diseñado para su uso en los entornos más difíciles. Su diseño compacto y ligero lo convierte en la opción ideal para la detección de gases industriales, en el sector del petróleo y el gas, las plantas químicas (con gases exóticos), las acerías (sensor especial de CO), la hostelería (CO2), las energías renovables (hidrógeno) y las fábricas de residuos y agua.
Con un peso de sólo 130 g, es extremadamente duradero, con alta resistencia a los impactos y protección contra el polvo y la entrada de agua. Cuenta con alarmas acústicas de 95 dB, una advertencia visual de color rojo/azul, control con un solo botón y una pantalla LCD retroiluminada de fácil lectura que garantiza una visión clara de las lecturas del nivel de gas, las condiciones de alarma y la duración de la batería. El registro de datos y eventos está disponible como estándar, y hay una advertencia integrada de 30 días de antelación cuando la calibración es necesaria. El Gasman también está disponible en una versión de CO2 para zonas seguras que ofrece una medición de 0-5% de dióxido de carbono.
Pantalla LCD retroiluminada para el diagnóstico de gases y el estado de funcionamiento
Versiones disponibles para gases inflamables, oxígeno y gases tóxicos: detector de gas adaptado a sus necesidades
Opciones de visualización de picos y TWA en tiempo real
Resistente al agua y al polvo según la norma IP65
Resistente carcasa de policarbonato: le protege en los entornos más duros
VENTAJAS
Resistente carcasa de policarbonato: le protege en los entornos más duros
Resistente al agua y al polvo según la norma IP65
Sobremoldeado completo - alta resistencia al impacto
Ultraligero; sólo 85 g para las versiones tóxicas
Flexible: versiones recargables para todos los tipos de gas, y versiones no recargables, ideales para el oxígeno y los gases tóxicos
APLICACIONES
Protección personal en entornos hostiles
Detección de gases industriales, en el sector del petróleo y el gas, las plantas químicas (con gases exóticos), las acerías (sensor especial de CO), la hostelería (CO2), las energías renovables (hidrógeno) y las fábricas de residuos y agua.